El Día del Trabajador Sanitarista se celebra en homenaje a la colocación de la piedra fundamental del Establecimiento Recoleta, la primera planta purificadora de agua del país y considerada también como la primera gran obra de salubridad en la Argentina. Esta iniciativa surgió tras una devastadora epidemia de fiebre amarilla en 1871, que impulsó la necesidad de separar el agua potable de las aguas servidas, marcando un antes y un después en materia de salud pública.
Durante el último año, en línea con la política provincial de mejora en los servicios esenciales, la empresa redobló esfuerzos para fortalecer y acompañar al trabajador sanitarista. En este sentido se avanzó en la entrega de indumentaria, elementos de protección personal, herramientas, vehículos y maquinaria, mejorando las condiciones laborales y facilitando las tareas operativas.
La Provincia, a través de Aguas Rionegrinas, renueva su compromiso con quienes hacen posible que el agua potable llegue a cada rincón de Río Negro, reafirmando el valor estratégico de este servicio para la salud, el bienestar y el desarrollo de toda la comunidad.